04-06-2007

Novela ambidiestra 2005 (proyecto) (XIII)


2



a



Isabel toma un largo sorbo de su jugo frutal sin despegar la vista de las hojas que se amontonan en la mesa. Danielle distraídamente revuelve el suyo con la bombilla, mirando sin particular detención a la gente que pasa por esa tarde cálida. La ciudad.
- Ya, dale con otra –dice en forma intempestiva. Isabel saca la pajuela de su boca y lee en busca de una adecuada, la escoge finalmente: ¿Qué es la muerte?
- Vaya, vaya –se queda pensativa Danielle- ¿Qué te han respondido?
“Sin comentarios” dijo Jeremías. Félix se agarró la cabeza con las dos manos y coronó con un filosófico “Concha su madre”. Yo misma dije que sólo era un cambio.
- Vaya, vaya –observa a una paloma picoteando las vainas y semillas que un árbol deja caer, pasa un hombre de aspecto delirante con un pliego de papel bajo el brazo-. Yo diría que dos y tres.
Danielle le quita los papeles a Isabel en busca de otra pregunta interesante.
“¿Has estado enamorado o enamorada?” Félix dijo que terriblemente y todos los días. Tú respondiste que sí. Que sí. Que no... Jeremías respondió que no.
- Si sé, el maricón.
- Desgraciado.
- Miserable.
Ambas callan por un momento con una sonrisa colgada de sus caras sin mucho sentido. Se pasea por las mesas un niño ofreciendo calendarios. A ellas les da uno que muestra la imagen de un osito abrazando a un conejo con la frase “Eres muy especial” y otro a un perro tomado de la mano con un gato rotulado “Cada día te quiero más...”
¿Has llorado por amor? Danielle bufa. Isabel respondió que no por el amor en sí, sino por detalles terribles que lo suelen acompañar. Jeremías dijo “bah”. Félix dijo que si usara vestido con vuelitos sería una nena con todas sus letras, implicando con eso la facilidad con que las lágrimas tienden a aflorar de las comisuras de sus ojos.
- ¿Qué pensaba Jeremías en ese momento? –pregunta Isabel, tras un minuto Danielle le contesta que en Danielle. Más abajo se pregunta el color de ropa interior favorito. Jeremías prefiere sin dudas el rojo de encaje. Félix muestra la misma debilidad, añadiendo maliciosamente que los de pendeja le agradan en demasía, casi tanto como la ropa interior de aspecto deportivo. Negro dice Isabel. Rojo indica Danielle. Una respuesta algo jocosa revela que la comestible. Otra un tanto más obvia dice que prefiere la ausencia de ella. Una inquietante sugiere que la ropa interior de vieja le vuelve loco. Ambas ríen.
Los vasos están casi vacíos y las dos se divierten haciendo ruido con la espuma que queda en el fondo. Se preguntan mutuamente si estará bien seguir esperando. Entonces llega Jeremías y tras los saludos respectivos y una breve conversación Isabel pregunta: “¿La trajiste?”

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